14° Tonto con Corazón.

-Alec- dijo su hermana con algo de sospecha-¿Qué haces?
-Nada-repuso su hermano algo nervioso-. Solo estaba escuchando que es lo que sabe Altea sobre Joham.
Al pronunciar su nombre, parecía que le hacia una alabanza.
-¿Y qué has podido averiguar?-preguntó Jane acorralándolo con la mirada.
De pronto. Todo se desvaneció. Papá ya no estaba. Melissa y yo quedamos con la boca abierta.
Corrimos hacia donde sabíamos que debería estar. Cruzamos la puerta en menos de dos segundos.
-Alec-dijo papá algo precipitado-. Carlisle quiere hablar contigo- Alec dio un suspiro. Algo como un “uf” y salió a su encuentro con Carlisle. Yo, obviamente sabía que no era cierto. Papá me hizo ademán de que fuera a decirle a Alec lo que hicimos.
Corrí hasta alcanzarlo.
-Alec-dije tomando su brazo.
-¿Qué ocurre, Renesmee?
-Carlisle no quiere hablar contigo.
-¿No?-preguntó.
-Es que papá dijo eso porque- ¿ahora que le decía? No lo podía decir que era porque nos habíamos dado cuenta de que amaba a Altea.
-¿Por qué, Renesmee?
-Porque quiere hablar con Jane de no sé qué cosa- ¿creíble? -. Estrategias y todo eso.
-¿Por qué no quiere que yo las sepa?- entrecerró los ojos y miró hacia el porche con cautela.
-Yo que se- dije encogiendo los hombros-. Ya conoces a mi padre.
-Si, supongo.
-Alec, tengo que irme-dije titubeando-. Te veo luego.
-Claro.
Pasaron los días y no mucho había cambiado. Subí las escaleras a velocidad media. Escuché unas risotadas al pisar el último escalón. Parecía que un oso rabioso estaba atacando a alguien. El oso iba ganando.
-En ésta parece que te dieron un balonazo en el estomago…
Jacob se burlaba de alguien. Qué raro.
Habían treinta y cinco pasos desde las escaleras hasta el cuarto en donde me quedaba a paso humano.
-… veintiséis, veintisiete, veintiocho…
Llevaba treinta y dos pasos contados cuando algo retumbo en la pared. El estruendo fue tan fuerte que me hizo perder el equilibrio. La persona de la que Jacob se mofaba estaba demasiado enfadada. Escuché la risa de mi padre abajo. Seguí contando escalones hasta llegar al cuarto. Solo fueron tres pasos en los que sucedieron mucho. Una lámpara estalló contra algo, Jacob se quejó de tener que usar cabestrillo por lo menos tres horas, y mamá estalló en carcajadas. Cuando mamá reía, sonaba como el repiqueteo de unas campanas. Campanas de ángeles. Se escuchaba maravilloso.
-Solo no te muevas- dijo mamá entre risas-. Has estado peor.
-Mamá- dije asomando la cabeza por la puerta- ¿Me vengaste por todas las veces que Jacob se aprovecha de mi inocencia?
-Algo así, Ness- dijo doblándose de la risa-. Fue venganza tuya y mía.
-¿Por qué tuya?
Ya sabía cuál era la respuesta pero quería ver su cara en cuanto me lo dijera.
-Por unas fotos que encontró en el bolso de Alice- dijo encogiéndose de hombros-. Ya conoces a Jacob, se burla de todo.
-¿Puedo verlas?
-Yo te las paso, Nessie- se apresuró Jacob al momento en el que mamá le lanzaba un gruñido.
-Yo se las paso- dijo mi madre enseñando todavía los colmillos.
-Isabella Marie Swan Cullen-gritó Alice en el umbral de la puerta-. Estuviste revisando mis cosas…
-Yo… no… no, fue….. Jacob fue el…
-¿Yo?- preguntó Jacob haciendo una mueca al mover mucho el brazo por el asombro. Pero ¿asombro? ¿Por qué? El fue el que reviso el bolso ¿no?
Alice estalló en carcajadas. Eran muy parecidas a las de mi madre pero no tanto ya que la voz de Alice parecía de soprano y se combinaba con la risa. ¿Qué pasaría si grabara un disco y en lugar de canciones pusiera las diferentes risas de mi familia? Podría llegar a ser el disco más vendido.
-Ya sé que fue Jacob- dijo Alice rodando los ojos-¿Crees que me pueden sorprender?- señaló tocando su frente.
-No, claro que nadie te puede sorprender- admitió mamá-. Mucho meneos ahora que ya puedes ver al tonto de Jacob.
-No me lo recuerdes- masculló Jacob.
-Cierra la boca- dije mirando a Jake-. Eres un tonto.
-Hazle caso a Nessie, Jacob- gritó Alice-más bien cantó-poniendo uno de sus CD.
-Mejor me voy antes de que me terminen humillando.
-Cierra la boca, eres un tonto- repetí con una sonrisita oculta.
-No me calles Nessie.
-Cierra la boca, eres un tonto- terminaré amando esa frase.
-¿Por qué todos dicen que soy un tonto?- gruñó algo frustrado. Eso era genial. Mucho mejor que dejar a Alice sin tarjetas de crédito por una semana.
-Porque eres un tonto- respondimos mamá, Alice y yo a la vez.
-No soy un tonto- gritó y salió corriendo de la habitación.
Emmett gritó algo parecido a un “tienes razón, no eres un tonto, eres un bruto” pero yo que sé. Eran demasiadas risotada como para poder distinguirlo.
La canción comenzó algo baja y fue creciendo en volumen. En menos de medio minuto, Alice se había olvidado por completo del asunto de Jacob y estaba cantando.
-.. And I can’t breathe without you, but I have to…
-Tía- susurre para que mi voz no interrumpiera su canto- voy a ver a Jacob. ¿Puedo llevarme las fotos?
Alice asintió y siguió cantando.
La canción era tan pegajosa que comencé a tararearla. Vi las fotos de mamá y me ataqué de risa al ver lo mal que salía en ellas.
Ya habían pasado por lo menos cinco canciones cuando encontré a Jacob. Estaba en su forma lobuna por lo que supuse que habría público.
-Jake- llamé en cuanto estuve frente a él- ¿podemos hablar?
El lobo de tamaño gigante se dio media vuelta y se fue.
-Oye, Jacob- grité señalándolo con un dedo enojada-. Tú no me ignoras.
Me siguió ignorando por lo menos unas dos horas.
Ya estaba cansada de estarlo siguiendo por todo el rededor de la casa del clan Ozuna y si que era grande la casa. Era incluso más grande que nuestra casa.
-Jacob Black- grité ya desesperada-¿Te vas a dignar a hablarme o mejor me voy con Alec?
Se retorció ante el gran aullido de voces que habían en su mente-era una expresión que ya conocía. Todos los lobos gritando o aullando a la vez.
-Escucha- agarré una de sus orejas-. Si no me hablas seguirán molestándote.
Al parecer no le gustaba lo que decía su manada-estaban de acuerdo conmigo-y se fue hacia los árboles para regresar en dos piernas.
-¿Qué quieres?-preguntó un tanto cortante.
-Quiero que hablemos-pedí mirándolo a los ojos. Aunque era un poco difícil. Por un lado esquivaba mi mirada y por el otro, era demasiado alto para mí.
-¿De qué quieres que hablemos?
Que infantil era Jacob. Todas las peleas que hemos tenido desde que tengo memoria, son por causas completamente estúpidas. Este tipo de situaciones me reventaban los sesos. Eran tan estresantes. Todo para que al final Jacob aceptara mis “disculpas” poniendo un sinfín de condiciones.
¿Algún día se acabaría toda esa tontería? Con todo el corazón esperaba que así fuera. Jacob no era más que un bruto lobo infantil. Si, eso era lo que Jacob era realmente. Quería gritarle a la cara lo que pensaba.
Quería decirle “¡Jacob Black, eres un lobo completamente bruto e infantil!” como ansiaba pronunciar esas diez palabras. En ese momento me llegó un recuerdo de mi abuelo Charlie cuando le pidió matrimonio a Sue. Le había dicho solo diez palabras que los hicieron muy felices a los dos. “Sue Clearwater, te amo y quiero que te cases conmigo”. Ella había aceptado felizmente y se había lanzado a sus brazos. Papá había dicho al llegar a la casa “solo dos palabras” y mamá le había dado un beso de esos que la deja mareada. En ese momento no había entendido el porqué papá había dicho dos palabras si fueron diez. Luego me explicaron que la base de la felicidad de las personas consistía en dos palabras. Dos sencillas palabras que en ocasiones eran tan difíciles de decir como de comprender. Te amo. No todos tenían la suerte de escuchar esas palabras.
-¿Y de que quieres hablar, Renesmee?- preguntó Jacob sacándome de mis pensamientos. No me había dado cuenta del hilo que habían tomado mis pensamientos.
-Quiero que hablemos de lo que pasó- empecé calmadamente pero eso no duró mucho-. No puedes ir por ahí enojándote por tonterías. No, tonterías no. Estupideces. Si, eso es lo que son. No es posible que cada vez que diga algo, por más inofensivo que sea, si ya te sientes abrumado, te enojes y te empeñes en no dirigirnos la palabra. Es algo realmente absurdo.
-Es absurdo, si, pero no me pueden tomar como a un muñeco de trapos sin sentimientos- para ese momento mis muñecas habían sido encarceladas con sus manos. Como si fueran grilletes-. Entre Bella, Alice, Emmett y tú, me van a volver loco.
-Haber-hice un ademán de que parara, a pesar de que sus manos me lo impedían-. Jacob Black, ¿Haces todas esas rabietas porque lastimamos tus sentimientos?
-¿Y qué esperabas, Nessie?
No pude evitar soltar un risita. Jacob se ponía así porque lastimábamos sus sentimientos.
-Pensé que eras un bruto infantil-dije riendo-. Nunca esperé que fueras un lobo de sentimientos sensibles.
-Dilo- pidió poniendo los ojos en blanco y dando un gran suspiro.
-¿No te enojas?
-No.
-Eres un tonto con corazón- le dije apoyándome en su regazo. El me envolvió con sus brazotes.
-Tú eres más tonta que yo.
-No- me defendí-. Tú eres el tonto mayor.
-Tú eres la tonta mayor.
-No- me incorporé aunque seguía abrazándome-. Es imposible que yo sea la tonta mayor ya que tú eres el tonto mayor.
-Fácil, gobernaras junto a mí el mundo de los tontos.
Comenzamos a reír al ver lo tonto que era nuestra conversación.
Me encantaba lo fácil que era hablar con Jacob. Parecía como si estuviera hecho completamente para mí.
Me quedé observando el cielo. Por la posición del sol, juraría que no eran más de las tres de la tarde. En Roma no era muy típico un día nublado, por lo cual mi familia no podía salir pero, claro, yo si podía salir. Yo quería salir.
No creo que papá o mamá tuvieran algún desacuerdo con que saliera y diera una vuelta. Tal vez ir a la Fuente de Trevi o al Coliseo. Sería maravilloso.
Alcé la cara y observé el rostro de Jacob. Pacífico. No había rastro del rostro que lo consumía cuando estaban los Vulturis cerca. Era el Jacob de mi madre, como lo identificaba antes. Solo que ahora era mío. Era mi Jacob.
Toqué su mejilla y pensé en Jacob acompañándome al Coliseo.
Por supuesto, yo no lo conocía y tuve que pensar en las fotos que tenía Alice en las computadoras.
Me tomó de la mano en señal de que aceptaba y salimos corriendo.