miércoles, 24 de febrero de 2010

24° Meningitis Bacteriana.

-Lamentablemente esa es una probabilidad si no se trata a tiempo- dijo mi abuelo-. Claro que necesito los estudios y todo para estar completamente seguro de que sea Meningitis.

-Esperamos que no sea eso- añadió papá.

-¿Puedo ir a ver a Sam?- pregunté a mis padres- Debe estar preocupado.

-Será mejor que vayas mañana, cariño- dijo Esme-. Ya es tarde y en estos momentos lo que Sam necesita es a Emily. Mañana puedes ir pero necesitas dormir.

-No lo pude haber dicho mejor, Esme- agregó mamá.

-De acuerdo, pero mañana temprano iré.

-Ahora ve a dormir- dijo papá.

Subí por mi lap top a la habitación de mi padre y tomé mis cosas. Salí por la ventana y me fui corriendo a mi casa.

Necesitaba saber que Ian estaba bien, era como un integrante más de mi familia. Todos nos habíamos encariñado con él desde el instante que nació y todos estaríamos afectados si algo malo le pasara. Y si no muriera, según lo que mi abuelo había dicho, quedan secuelas de la enfermedad a las personas que logran salvarse. Una lágrima se me escapó y cayó lentamente por mi mejilla.

Mamá tenía razón, necesitaba dormir, si dormía ahora, no sentiría la larga noche.

Me dormí rápido, soñé con Ian, no fue el mejor de mis sueños.

Al despertarme papá y mamá estaban leyendo en la sala, anuncié que me iba a ver al hijo de Sam y Emily.

Al llegar al hospital, rápidamente diferencie a la manada. Todos estaban ahí menos Jacob y Quil. Me acerqué a Emily, tenía unas ojeras muy marcadas, las cicatrices se le habían hinchado de tanto haber llorado. Sin decirle nada me aproximé y la abracé fuertemente.

-Gracias- dijo Emily- lo que más necesito en estos momentos es apoyo.

-¿Cómo está Ian?

-Tal como había dicho Carlisle, tiene Meningitis Bacteriana- dijo Sam.

-¿Qué posibilidades…?- preguntó Seth.

-Son pocas…- respondió Emily comenzando a llorar nuevamente.

-¿Ya llegaron Jacob y Quil?- preguntó Sam abrazando a su esposa.

-No, llevan horas fuera- respondió Seth.

-¿A dónde fueron?- pregunté a Seth.

-Fueron a buscar a mi familia pero no han llegado- respondió Emily.

-Quil se ha de haber quedado con Claire- dijo Leah tan malhumorada como siempre.

En ese momento salió el doctor Lively. Traía un sobre manila en las manos. La curiosidad de saber que era me mataba. Papá me haces falta ahora.

-¿Señores Uley?-preguntó el doctor.

-Nosotros- respondió Sam.

-Le hicimos otros estudios a su hijo y…

-¿Qué ocurre doctor?- preguntó Emily.

-Tratamos de averiguar que le había provocado la meningitis y descubrimos que… ¿Estuvo ingiriendo algún material extraño? Me refiero a los que se encuentran en las guarderías y todo eso, crayones, pegamento, algo por el estilo.

-¿Fue por algo que ingirió?- preguntó Jared.

-En efecto.

-¿Cómo podemos salvarlo?- pregunté.

-Afortunadamente se le detectó a tiempo y con tratamiento y con la medicación indicada, se podría salvar pero…

-¿Pero?

-Hay un ochenta por ciento de probabilidad de que queden secuelas.

-¿Secuelas de qué tipo?-quiso saber Leah.

-Se presentan de distintas formas. No hay un patrón exacto que nos indique que clase de secuelas tendrá el paciente. Es cuestión de tiempo para saberlo. Ustedes deciden, dejarlos morir o salvarlo pero con la probabilidad de secuelas.

-Sálvelo, doctor Lively- pidió Emily, casi implorando.

-Entonces, comenzaremos con el tratamiento ahorita mismo.

Diciendo eso último, el doctor Lively se dio la vuelta y pidió a su asistente que lo acompañara. Ambos entraron a un cuarto que no supe identificar. ¿Terapia intensiva o solo un consultorio?

Jacob y Quil entraron por la gran puerta y sentí un gran alivio. Ya habían llegado. Quil traía a Claire. Detrás de ellos venían otras personas. Deduje que era la familia de Emily, ¿quién más?

-Trajiste a Claire- dijo Embry poniendo los ojos en blanco.

-No podía dejarla sola- se defendió Quil. La niña de nueve años sostenía la mano de Quil. A pesar de la edad que yo aparentaba, esa niña siempre sería mayor que yo. Qué horror.

Jacob caminó lentamente hacia mí.

-Veo que madrugaste, Ness.

-Jacob- dije poniendo los ojos en blanco-. Ya es mediodía.

-¿Tanto tardamos?

-Sí.

-Fue culpa de Quil, vio toda la temporada de Pucca con Claire.

-Wow, eso es caer bajo- dijo Embry burlándose de Quil.

-Al menos yo no tengo una novia que sabe más de autos que yo- dijo Quil lanzándole la indirecta a Embry.

-Ya, cállense- dijo Leah.

-La reina Leah ha hablado, todos guarden silencio- murmuró Jake a la manada.

En algo estaba de acuerdo con Leah, estaban fuera de lugar todos sus tontos comentarios. Ian estaba a mitad de un tratamiento y ellos bromeando acerca de que si Embry sabe o no de autos y si Lizzie sabe más que él o no. Caminé hacia la máquina de refrescos y compré una coca cola, igualmente compré unas galletas, había sido mala idea venir sin desayunar. No era que unas galletas y un refresco fueran una gran opción para empezar el día pero, al menos que se me atravesara un ciervo o un puma en frente, no había de otra. Sería mejor que me acostumbrara porque no pensaba salir del hospital por nada del mundo. Terminé las galletas y el refresco. Si tan solo mi familia no estuviera escondida, Carlisle curaría fácilmente a Ian.

-¿Qué tanto piensas, preciosa?- preguntó Jacob tomando la lata vacía de refresco de mis manos.

-¿Sería más fácil si el abuelo Carlisle ayudara al doctor Lively?

-Con todos sus años de experiencia, apostaría toda mi comida de un mes que sí.

-Wow, eso es mucho.

-Lo es.

-¿Cómo es que ahora confías tanto en los vampiros?- murmuré sentándome en una de las sillas del hospital. El olor a alcohol me quemaba la nariz.

-Fueron muchas cosas- dijo Jacob sentándose junto a mí-. Nuestra tregua comenzó cuando Bella estaba embarazada de ti, bien sabes que el tratado decía que los Cullen no podían morder ni mucho menos matar a ningún humano y para que Bella se salvara tendrían que transformarla. Tu padre habló conmigo y accedí a que la transformara. Fueron días difíciles pero entre más tiempo pasaba con ellos, más en confianza me sentía. Era como tener una loca y distorsionada segunda familia. Aunque cueste creerlo, durante esos días me sentí como en familia. Esme era como una madre para mí. Y diablos, como me gustaría tener una en estos momentos. Me gustaba saber que era útil en una casa llena de vampiros, aunque Leah detestara estar ahí. Seth sentía mucha más confianza que yo y eso me gustaba, me empezaba a dar cuenta de que los vampiros no son realmente tan malos. Es cierto que apestan pero luego de un largo tiempo te acostumbras. No sé si ellos se acostumbran a nuestro olor, supongo que sí… ¿En qué estaba? Ah sí, luego de que naciste, debo decir que yo ayudé, hubo un lazo más fuerte entro nosotros. Tú fuiste como el fin de nuestras peleas. Todos se sentían maravillados con solo verte y hacías que olvidáramos porque no nos agradábamos. Fuiste el cambio. Meses después, con la intervención de los Volturi, la unión entre las especies no fue solo cosa mía, todos, completamente todos, incluyendo a los más pequeños, empezaron a confiar más en los vampiros. Aclaro que solo eran los Cullen. Recuerdo esas fechas con gran exactitud. Recuerdo el estallido de transformaciones de los niños de diez años. Apenas cruzaban la primaria cuando se transformaron en lobos a causa de todos los vampiros de la zona. Lo que no nos explicamos es como dejaron de transformarse luego de que la zona estuvo limpia. Suponemos que sus genes no eran fuertes como los nuestros… Diablos, siempre me salgo del tema. Bueno en conclusión, todo lo que ha pasado sirve para unirme más a tu familia. Siento que soy más bebedor de sangre que come pizza.

Me reí por su comparación.

-Así que, ¿Yo fui prácticamente lo mejor que le pudo pasar al mundo?

-De todo lo que mencioné ¿Solo recuerdas esa parte?

-Recuerdo todo, eso fue lo que más me agradó.

-Eres un monstruo- dijo Jacob soltando un suspiro-. Nessie, el monstruo del lago Ness.

-Eres tan gracioso, Jacob- dije dándole un zape.

Esperamos por horas en el hospital. Poco a poco los lobos se fueron yendo hasta que solo quedamos Emily, Sam, Seth, Jacob y yo. La noche ya estaba llegando y no sabíamos nada de Ian. Llamé a mamá para decirle que pasaría la noche en el hospital.

-Nessie, necesitas dormir- dijo Emily.

-Dormir es lo de menos- repliqué-. Lo importante ahora es Ian.

-Estamos a mitad de verano y el hospital no es muy refrescante. ¿Segura que estarás cómoda?

-No se preocupen.

Nadie quería que me quedara. Jacob estuvo a punto de sacarme del hospital en contra de mi propia voluntad. Si ellos podían aguantar toda la noche, igual yo. El calor no importaba, con todo el tiempo pasado con Jacob, ya había aguantado temperaturas más altas. Lo de dormir, si me daba sueño buscaría una silla cómoda. Seth se fue luego de medianoche. Jacob insistía en que durmiera algo. Emily y Sam estaban en la habitación de Ian cuidándolo. Al parecer el tratamiento lo había dejado agotado.

-Si piensas que aguantarás toda la noche- dijo Jacob-. Estás realmente equivocada. Duerme algo.

-No tengo sueño- repliqué y luego bostecé por lo que Jake me llevó a otra sala en dónde había un sofá que se veía realmente apetecible. No lo pensé ni dos veces y me acomodé en el. Me estaba quedando dormida cuando Jacob se levantó.

-No te vayas- pedí tomándolo de la mano.

-Está bien, está bien.

Se sentó junto a mí. Y empezó a bostezar.

-Te preocupas más por mí que por ti- le reclamé acariciándole la cara.

-Es que tu eres importante- respondió tomando mi mano.

-No lo suficiente como para que te descuides.

-Yo soy fuerte- se defendió al momento que ponía los ojos en blanco.

-Y yo también.

-¿Vamos a discutir por saber quién es más fuerte?

No tuve que responder. Un bostezo respondió por mí. Me acomodé en el regazo de Jacob y comencé a quedarme dormida. Realmente estaba cómoda. No me costó trabajo dormir.

Esa noche tuve un sueño extraño. Al principio me encontraba corriendo perdida por la nieve, reconocí rápidamente el lugar, era el claro en donde mi familia se reunía cuando quería jugar. El verlo lleno de nieve me recordaba a la vez que los Volturi habían llegado. Mientras corría, sentía que alguien andaba tras de mí, no quise voltear por temor de encontrarme con alguien peligroso. Seguí corriendo hasta que no pude más. Cuando sentía que las piernas no me iban a responder, me tiré al suelo y comencé a jadear fue cuando logré ver la cara de Noa, el vampiro que había ayudado a Jane esa noche en Roma. Sabía que iba a morir aunque fuera solo un sueño, el vampiro, con una sonrisa macabra y llena de ira, se fue acercando poco a poco hasta que quedó a unos pocos centímetros de mí. Cuando estaba a punto de atacarme, el gran lobo de pelaje rojizo apareció y lo atacó y lo aventó contra uno de los árboles que se estremeció con el impacto. Noa se levantó y corrió contra Jacob, empezaron a luchar frente a mí, quise ayudar a Jacob pero mis extremidades no respondían. Noa le estaba ganando a Jacob, le estaba costando trabajo levantarse y Noa estaba intacto, fue cuando vi la mordida en la pierna de Jacob. Los dientes de Noa estaban marcados en él. Eso era lo que había debilitado tanto al lobo. Yo sabía que la ponzoña de vampiro era mortal para los licántropos, traté de levantarme nuevamente para ayudar a Jake pero no tuve éxito. Jacob cada vez estaba más débil hasta que cayó sobre sus cuatro patas. Su respiración estaba siendo más lenta cada vez. Noa se empezó a reír, examinó al lobo que moría lentamente y se fue corriendo por el bosque. Grité hasta más no poder para que alguien llegara a ayudarme. Nadie llegaba así que decidí tratar de llegar a él. Ahora si me respondieron las piernas y los brazos, corrí hasta dónde estaba Jacob ahora en su forma humana, su rostro estaba pálido y casi sin vida. Tomé su cara entre mis manos y acaricié su mejilla, ya estaba fría. Abrió los ojos poco a poco, puso su mano sobre la mano que tenía en su cara. En sus ojos pude ver lo mucho que me quería. No se podía morir.

-Te amo- dijo en un susurro.

-Yo también- le respondí acercando mi cara hacia la de él para darle un beso.

Justo cuando había puesto mis labios sobre los suyos, su corazón dejó de latir.

-¡¡JACOB, NOOOOOOOO!!

En ese momento desperté. Abrí los ojos de golpe para encontrarme con la cara de Jake a menos de tres centímetros de la mía. Estaba profundamente dormido. Traté de moverme pero sus brazos me lo impedían, como pude zafé mis brazos. Toqué mi cara y estaba sudada lo cual era completamente extraño. Era un sudor frío muy posiblemente a causa de la pesadilla. Volví a recordar el sueño y mi corazón comenzó a agitarse. Observé la cara de Jacob y recordé eso último que le había dicho en el sueño. De pronto sentí como mi cara se tornaba de su tono natural a unos tonos más rojizos. Sentía mi cara hirviendo a causa de mi alocado sueño. Recordé ese sueño que había tenido en Italia acerca de Jacob y yo caminando por la playa y declarándonos amor. Si que tenía sueños locos. Jake se movió bruscamente y la mitad de su cuerpo cayó sobre mí. Si que pesaba. Traté de salir de la cárcel de sus brazos pero era como si cada vez se pusiera más y más pesado. Debo admitir que no me molestaba estar ahí. ¿Qué me pasaba? Era Jacob, ¡Mi mejor amigo! Renesmee Carlie Cullen, deja de pensar en cosas así. Jacob es tu amigo y así se quedará. Pero no podía evitar sentir algo extraño cuando miraba a Jacob. Era algo inevitable pero incorrecto. Empezaba a sentir algo más que simple amistad por Jacob Black.