jueves, 23 de julio de 2009

10° ¿Historia de Terror o de Amor?

-Hola, Alec.
-¿Qué fue todo eso?- preguntó señalando a Jacob con la cabeza.
-Nada- empecé a reír-. Tú sígueme la corriente.
-Está bien- como era de esperarse, solo me dirigió esa “sonrisa” que solo servía para saber que era infeliz.
-Cuéntame algo-insistí tratando de sacarle información-. Algo de tu vida humana.
-¿Qué te gustaría saber?
-¿Cómo fue que… terminaste siendo un vampiro?
-¿Segura que quieres saber?
-Cien por ciento segurísima.
-Bien- buscó la forma más adecuada de empezar su historia-. Todo empezó hace unos siglos. Realmente perdí la cuenta de cuantos son. Mi hermana Jane y yo nos encontrábamos durmiendo. Solíamos compartirlo todo. Se podría decir que éramos uña y carne. Ese día, Jane había entrado en un ataque de pánico. Decía que había visto a un hombre de sorprendente belleza en nuestro cuarto. “Más bien parecía un ángel”. Nos dijo a mis padres y a mí. Como era de esperarse, no le creímos. ¿Un ángel? Era algo absurdo. Claro que no tenía nada parecido a un ángel.
“Ya entrada la noche, escuché un fuerte ruido. Mi hermana agonizando. El “ángel” se había inclinado, había tomado su muñeca y la mordía con sus filosos dientes. Mi ira era tanta que traté de arremeter contra ese monstruo. Quería que dejara a mi hermana. ¡La estaba matando!- los ojos de Alec mostraba tano enojo como tristeza. Su vos era ronca. Como si quisiera soltarse a llorar-. El vampiro, al ver que me acercaba, me atacó. Quiso matarme pero, solo logró morder mi cuello.
“En menos de dos segundos, estaba junto a mi hermana. Ella se retorcía de dolor. Esos temibles gritos todavía los oigo como si estuvieran ocurriendo justo ahora. Él dijo algo, creo que era en portugués, acarició su mejilla y salió por la ventana. Ni mi hermana ni yo estábamos en condiciones de ver a nadie. Tenía un presentimiento sobre lo que nos pasaría. Cerré la puerta de la habitación. No podía ver a mis padres. Mi hermana tampoco.
“La transformación tardó dos días. Estuvimos lo más callados posibles. Escuché como mis padres se preocupaban por nosotros. Nunca pensaron en buscar en el closet, que era donde nos encontrábamos. Pusieron todo lo que tenían para encontrarnos, pero nunca pudieron. Tan pronto terminó la transformación, supe lo que nos había pasado. Lo supe cuando experimenté por primera vez la sed. Jane y yo corrimos por varios días. Cuando la sed nos dominó, tuvimos que cazar, más bien dicho matar a unos excursionistas que pasaban por donde nos encontrábamos. No entraré en detalles- me miró fijamente. ¿Qué aspecto tendría?-. Después de tres años, unos vampiros de Singapur nos atacaron. Jane se enojó tanto que así fue como descubrió su don. Yo estaba muy celoso de ver como mi hermana había conseguido algo “maravilloso” y yo no. Tanto tiempo de haber compartido todo y ahora no lo compartíamos.
“-Alec, ¿Qué tienes?- preguntó mi hermana.
-¿Cómo le hiciste?
-¿Para qué?
-Para poner a retorcerse de dolor a esos malditos chinos.
-Solo los miré con odio.
“No faltó mucho para que nos volvieran a atacar. Esos vampiros no se rendían. Ahora me tocó a mí descubrir mi don. Entré en estado de shock al ver cómo era más fácil deshacerme de ellos. Mi don era mejor que el de Jane. Eso, claro, la puso celosa. No tardamos en probar nuestro don con nuestras presas. Cincuenta años después, dimos con los Vulturis. Aro, obviamente quedó fascinado en cuanto Eliezer le dijo nuestros dones. No dudó en pedirnos, más bien ordenarnos, unirnos a su guardia. No perdíamos nada. Nos unimos a ellos y aquí estamos hoy.
-Hay algo que me ocultas.
-¿Por qué habría de ocultarte algo?
-Eres infeliz, por alguna razón-perfecto Renesmee, que discreción-. ¿Qué pasó para que seas infeliz?
Alec dudó pero empezó con otra historia.
-En un ataque de sed… maté al amor de mi vida.
-¡¿Qué?!- estaba tan sorprendida por lo que me acababa de decir Alec que mi voz sonó tan fuerte que Jacob-varios metros atrás-salió corriendo y acercó el hocico hacia mí como queriendo protegerme de Alec-. ¡Aléjate, Jacob!
Jacob negó con la cabezota. Empezó a gruñirle a Alec y le enseñó los colmillos.
-Dile a tu amiguito que deje de amenazarme- dijo algo con cierto nerviosismo asomándose en su voz-. Quiero respirar aire puro.
Jacob bufó. Se fue alejando poco a poco pero también me iba jalando a mí con sus dientes.
-Jacob, eres un tonto- la ropa que llevaba puesta terminó lleno de la baba de Jacob.
Le di un manotazo en el hocico y me encaminé con Alec. Jacob agachó las orejas y empezó a lloriquearme en el oído.
¡Cómo me dolía hacerlo sufrir! Pero se lo merecía. Era un tonto. Debía sentirse mal. No debió comportarse como el grandísimo idiota que es.
Empecé a correr con Alec dándome las direcciones que tomar. Pronto pude sentir el efluvio de mi familia y pude ir yo sola. Pude pensar mejor todo lo que me pasaba. Jacob. Alec. Realmente su historia me producía miedo, tristeza, muchas cosas. Fue capaz de matar a la persona que más amaba.
Eso me hizo recordar que no había terminado su historia.
Paré en seco.
-Alec, no terminaste tu historia.
-No quiero que tengas una mala impresión de mi- miró a lo lejos-. Bueno una peor de la que ya tienes.
-No tengo ninguna mala intensión- recordé el miedo que mi familia y yo le teníamos a los Vulturi-. Bueno no como tú piensas.
-Bien- titubeó al empezar-. Realmente no tenía intenciones de acabar con ella…
-¿Cómo se llamaba?
-Natalie-suspiró al acordarse del nombre-. Antes de irnos de casa, Jane me pidió llevarle a mamá una carta que ella había escrito. Dejé la carta bajo la puerta y salí corriendo. Mi sorpresa fue ver a Natalie cerca de ahí. Me llamó. No podía estar junto a ella. Era un neonato con más de tres semana de no alimentarme.
“Nunca debí haber ido. Sabía que algo así pasaría. Natalie fue corriendo hacia mí. Tocó mi espalda para llamar mi atención.
-Alec, tus padres te han estado buscando por días-dijo Natie-. ¿Dónde has estado metido?
Cuando di vuelta para enfrentarme a ella, quedó paralizada al ver mis ojos. Claro que iba a estar asustada. Sus ojos no mostraban otra cosa que no fuera terror. Me preguntó que por qué estaba así. Justo en el momento en que sus ojos cambiaron, volvieron a ser los mismos de siempre, dulces, carismáticos, llenos de amor, justo en ese momento, una brisa llegó del este. Hizo que el olor que había podido evitar, entrara directo a mi nariz…
“Después de lo sucedido, llevé su cuerpo a donde nadie lo encontrara. Desee con todas mis fuerzas poder revertir lo ocurrido. Abrasé su frío cuerpo por más de dos días. No tardaron en encontrarme. Me refiero a Jane y otro vampiro que se encontraba con ella. Hasta ese momento no me había dado cuenta de lo fría que era, es mi hermana. “era comida, tu solo hiciste lo que debías” estuve a punto de irme contra ella, pero no tenía fuerzas para pelear. Solo quería estar con Natalie una última vez.
“Su rostro estaba completamente pálido. Todo en ella estaba así. Ya no había nada de fuerza en ella. Quería acabar conmigo mismo. Era un monstruo…
Le di un abrazo. Era todo lo que podía hacer. No me salían las palabras. Sentía las lágrimas brotando en mis ojos.
Era una historia realmente trágica. Personas que habían sufrido eran Alice, Esme, Rose, ni padre y Alec. Aunque mi familia sufrió antes de ser vampiros, habían sufrido. Alec había sufrido siendo vampiro. Sufrió por causa de su vida como humano. ¡Pobre Natalie!
Había muerto en manos de la persona que más amaba.
-No tienes porque atormentarte.
-Es algo que nunca me he perdonado.
-Debes olvidar- mi voz fluía con mayor facilidad-. Debes empezar otra vez. Amar a alguien más.
-Eso he tratado de hacer desde hace muchos siglos.
-Se que pronto podrás…
Esa fue mi última frase.
Seguí corriendo. Llevaba corriendo aproximadamente ocho horas.
De pronto, el bosque comenzó a dar vueltas. Se me nubló la vista, perdí el conocimiento. Vi todo negro. Sentí como caía al suelo. De ahí no supe más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta sobre el capitulo twilighter ♥