19° Algo Inesperado.

-Jake. ¿Crees que Alec y Altea puedan estar juntos siempre?
-La verdad, no lo sé- contestó pensativo-. Creo que será un poco difícil. No creo que Altea se quiera unir a los Vulturi y será muy difícil que Alec se separe de ellos. ¿Recuerdas a Eliezer? Le fue muy difícil separarse de ellos. Para Alec será mucho más difícil ya que lleva más tiempo con ellos. Pero, realmente, aunque no me creas, me gustaría que pudieran ser felices.
-¿en serio?
-Te dije que aunque no me creyeras, las personas merecen amar y ser amados. Obviamente merecen ser felices junto a la persona que aman.
-¿Jacob?
-¿Qué ocurre, Ness?
-¿Cuántas veces has estado enamorado?
Su rostro se fue ruborizando poco a poco hasta alcanzar un tono ardiente. Se debatía internamente en decirme la verdad. Se mordía el labio inferior con demasiadas señas de nervios. Quise decirle que solo me dijera y ya, que lo soltara de una vez. Sus cejas se fruncieron hasta tocarse. Pasé mi dedo índice justo donde se juntaban sus cejas y relaje su ceño.
-Vamos, Jake-dije divertida-. Si no quieres decir no importa pero te vas a reventar unas de las venas de la cabeza.
-No, no es que no quiera decir es solo que, me da… pena. Más bien me da vergüenza, me da vergüenza ya que de la única persona que he estado enamorado es de Bella y se que ella es tu madre y también se que ella está con Edward, pero quiero que sepas que ya no la amo. Hace años que me olvidé de ella. No tienes de que preocuparte…
-Jake, eso ya lo sabía- el pobre estaba sufriendo tanto que me dieron ganas de darle un fuerte abrazo-. Ya sé que no la quieres ahora y que eso quedó en el pasado, lo que no entiendo es por que de repente la dejaste de querer.
-Fue a causa de…
-Bueno la razón no importa-interrumpí a media frase-. Lo que importa es que no la amas y te puedes volver a enamorar.
Me quedé pensando un segundo y me di cuenta de algo.
-Jake, si te enamoras de una humana, ella morirá y tu no. Entonces, ¿No es mejor enamorarse de alguien inmortal como una loba o algo parecido?
-No me había puesto a pensar en eso. La verdad yo no tendré ese problema.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Solo lo presiento- dijo encogiéndose de hombros-. Sam tendrá ese problema al igual que Jared, Paul, Quil, y Embry.
-¿Embry? ¿Desde cuándo Embry tiene novia?
-Como unas semanas antes de que viniéramos a Italia. Juraría que te había contado, bueno si no lo había hecho, ahora ya lo hice.
-¿Cómo se llama la novia de Embry? –Pregunté ahora con mucha curiosidad-. Pobre Leah ahora Embry también está enamorado y ella sigue igual.
-Se llama Lizzie. Es una chica realmente linda y no me refiero a ella solo físicamente, es una persona muy buena. Yo la conocí poco antes de que tu nacieras. Fue muy poco antes de que nacieras. Estaba algo desecho y salí a dar una vuelta con el coche de tu padre. Ella fue la única que notó lo mal que estaba y créeme que no deja de recordármelo.
-Me alegro por Embry, Humm ahora que lo pienso, ¿Quil?
-Ah sí- dijo Jake tragando saliva audiblemente-. Quil está incluido en la lista.
-¿Está enamorado de alguien?
-Enamorado no es la palabra correcta. El simplemente tiene a una mejor amiga como yo te tengo a ti.
-Ah, Claire.
-Sí, la pequeña Claire.
Le dije a Jake que sería mejor que durmiera un poco, mis parpados se caían del sueño y los bostezos se hacían constantes.
Jacob se rió de uno de mis bostezos.
-Sonó tan divertido ese bostezo. Casi me pareció ver a un lobezno a punto de dormir.
-Al menos los lobeznos son lindos, no que cuando crecen y se convierten en lobos adultos se ven tan feos y maltratados…
-Eres una tonta.
-Si yo soy una tonta- interrumpió un bostezo-. Tú eres un bruto…
Luego, me dormí.
Los días pasaron y cada vez se acercaba el día de nuestra ida. Por fin volvería a ver al abuelo Charlie, a la manada, le pediría a Emily que cocinara algo para mí ya que había comprobado lo rica que era la comida humana.
Hoy iba a salir con Andrew para despedirme de él. Antes de salir, Jacob se enojó y se puso a decir cosas incoherentes. Melissa me llevaría hasta el parque en donde habíamos quedado de vernos.
-Vengo por ti después del Crepúsculo-dijo Meli cuando bajé del auto.
-Claro, aquí estaré.
Andrew estaba sentado en una de las bancas del parque y miraba justo en dirección hacia Melissa y mía.
Caminé hacia él y lo saludé cuando se paró.
Me invitó a sentarnos pero yo lo que quería era caminar. Estuvo de acuerdo conmigo y caminamos por el parque. No faltaban los chicos que se nos quedaban viendo con una disimulación tan perfecta como la de Altea.
Pasamos frente a una heladería y decidí que era hora de probar ese postre. Andrew pidió un helado de limón y yo uno de vainilla.
Sin duda era una de las mejores cosas que existía. Era tan bueno como la pizza. Andrew se rio de mi cuando le dije que nunca había visto caricaturas.
-¿Acaso hay una ley que diga que todos los niños deben ver esos programas? –Pregunté con falso enojo-. Bueno pues en las leyes Estadounidenses no existe ninguna.
-Bueno es solo que resulta extraño. ¿Qué hacías cuando eras pequeña?
Veamos, si sacamos la cuenta, estoy rondando por los cuatro años apenas y lo único que he hecho en mi vida es cazar animales para beber su sangre y correr junto a licántropos y vampiros. ¿Ya mencioné que toda mi familia son vampiros, mi mejor amigo es un licántropo y yo soy una híbrida semihumano, semivampiro?
Creo que eso no hubiera sido lo correcto.
-Digamos que no veo mucha televisión que digamos.
-¿Te gusta leer?
-Sí, eso es más… ¿Educativo? Sí, creo que esa es la palabra.
-Bien pues, un brindis por lo educativo.
Brindamos con nuestros helados a punto de acabarse. Seguimos toda la tarde platicando hasta que comenzó el crepúsculo.
Melissa no tardaría en venir. Justo cuando el sol se ocultara, estaría aquí. Siempre vivirían de noche. Justo como los vampiros de ciencia ficción. Si vives en un lugar como este, solo sales de noche y cuando vas a cazar. Eso sí sería algo tenebroso.
-¿Tienes novio?- preguntó Andrew. Su pregunta me hizo quedarme pensando sobre que estaba hablando mientras no le ponía atención.
-¿Disculpa? ¿Qué decías?
-Que si tenías novio.
-No tengo- respondí encogiéndome de hombros-. Supongo que no estoy lista para eso.
-Y ¿Tampoco has besado a nadie nunca?
-No, eso tampoco.
Entonces lo vi claro. Todas esas preguntas solo las hizo para saber si actuaba o no.
Trató de besarme en los labios pero yo esquivé el beso tan pronto y lo vi venir. Su rostro había quedado a unos dos centímetros de distancia antes de que esquivara el beso. Nunca había tenido a nadie tan cerca de besarme. Mi corazón se aceleró y el suyo igual. Eso era pasarse de la raya. No podía permitir que Andrew llegara y pensara que me podía besar solo porque salí con él como despedida.
-Lo siento- dijo Andrew con la cara colorada.
-¿Lo sientes?- grité enojada-. Lo siento es para cuando de verdad estás arrepentido pero, veo que tú no estás nada arrepentido. Si estuvieras arrepentido, no habrías tratado de besarme. Pero es que ¿Qué te ocurre? ¿Crees que puedes ir y besarme cuando se te dé la gana? No Andrew, yo no quiero irme y estar enojada contigo. Siento que eres una persona muy linda pero no puedo aceptar que hagas eso.
-Está bien y lo siento. No quiero que estés enojada conmigo. ¿Podemos empezar de nuevo?
-Claro.
Le di un abrazo y traté de no pensar en lo que estuvo a punto de pasar. Platicamos un rato más y no volvimos a tocar el tema. El Lamborghini se estacionó justo enfrente de nosotros.
-Wow- exclamó Andrew-. ¿En eso te vas?
-¿Tiene algo de malo?
-No, solo que es algo llamativo.
-Lo sé, el otro día vine con Jacob y todos se amontonaron para ver el auto- di vuelta hacia Melissa y le pedí que me esperara.
-¿Jacob es tu amigo?
-Sí, mi mejor amigo.
-Y a ti te gusta ¿Me equivoco?
-¡¡Te equivocas por completo!! Jacob ha sido mi mejor amigo desde que tengo uso de razón y además, solo es unos años menor que mi madre.
-Bueno es que la forma en la que hablas de él, casi pude jurar que estabas enamorada de Jacob.
-No, nunca veré a Jacob como algo más que a un amigo.
-Bueno no lo conocí muy bien pero parece algo gruñón.
-Es solo que el hambre lo pone de malas y el estar lejos de La Push.
-¿La Push?
-Sí, es una reserva que está a unos minutos de Forks.
-Suena lindo. Bien creo que tu amiga se está impacientando. Vaya que es linda.
Me reí por su último comentario. Si fuera vampiro sería buen partido para Meli si no juzgamos su edad.
-Bien creo que este es un adiós.
-Promete que la próxima vez que vengas a Roma vas a verme.
-Lo prometo- dije alzando la palma de mi mano-. Tu promete que cuando vayas a Estados Unidos lo primero que harás será ir a Forks a verme.
-Por supuesto.
Le di un gran abraso y un beso en la mejilla. Le dije adiós de nuevo antes de marcharme.
Subí al auto y me disculpé con Meli. Dijo que no había problema, que había disfrutado de la vista en lo que yo me despedía.
Su sonrisa me indicaba que no hablaba de algún paisaje si no de alguna persona. Le pregunté sobre quién era y solo sonrió más.
Cuando llegamos a casa, y papá supo lo que estuvo a punto de hacer Andrew, se puso demasiado enojado. Estaba que echaba chispas. Todos trataron de saber que le sucedía. Le dijo a mamá y mamá con su tremenda discreción lo gritó a los cuatro vientos.
En ese momento iba entrando Jacob a la estancia con un tazón de palomitas-los cuales cayeron al suelo haciendo gran estruendo. Su rostro pasó de su tono cobrizo original al rojo en cuestión milésimas de segundo. Si hubiese parpadeado me lo hubiese perdido todo. Tragué saliva ruidosamente a causa de los nervios. El cuerpo de Jacob comenzó a convulsionarse y no tardó nada en entrar en fase. Salió corriendo por la puerta principal. Yo sabía a dónde.
-¡¡NO, JACOB, NO VAYAS!!-grité los más fuerte que pude pero era demasiado tarde. Jacob había ido tras Andrew.